Pecunpay y LINK Mobility lanzan sistema de reconocimiento biométrico

Ambas empresas desarrollaron esta herramienta para seguir en su lucha contra el blanqueo de capitales

La entidad de dinero electrónico Pecunpay y LINK Mobility, proveedor de mensajería y soluciones móviles orientado a empresas, han desarrollado un sistema de reconocimiento biométrico para que fintech y neobancos luchen contra el blanqueo de capitales. La herramienta funciona mediante una API que se integra fácilmente en los entornos de los clientes y que arranca desde un SMS o ‘email’.

Este anuncio llega en el contexto de la reciente aprobación de la directiva PSD2 (Segunda Directiva de Servicios de Pago), con la que las autoridades europeas pretenden conseguir la apertura definitiva de la industria financiera y bancaria de la Unión Europea, a través de servicios totalmente estandarizados y principalmente con el foco puesto en la lucha contra el blanqueo de capitales.

Se trata de un servicio con plena validez jurídica y de fácil implementación a través de un proceso de KYC (Know Your Costumer) con reconocimiento biométrico que funciona mediante una API que se integra en los entornos de los clientes. De esta forma, Pecunpay y LINK Mobility buscan mejorar los procesos de validación de clientes que han pasado a ser de obligado cumplimiento, identificando de manera inequívoca a las personas en el alta virtual.

El funcionamiento es sencillo. En primer lugar, el cliente recibe un SMS o ‘email’ para validar su identidad. En este proceso, tendrá que realizar una captura del DNI y completar la validación biométrica o prueba de vida, antes de proceder a la aceptación de la información recopilada.

A continuación, y antes de pasar al proceso de firma digital avanzada con OTP (One-Time Password), se puede realizar una consulta de ficheros tanto internos como externos de información y riesgos. Por último, se obtiene un contrato firmado, certificado y con todas las evidencias, que finalmente puede subirse a la red de Blockchain para garantizar su total inalterabilidad.

K. Tovar

Fuente: La Vanguardia

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