Italia crea primera batería comestible

El Instituto Italiano de Tecnología dio a conocer su más reciente innovación: una batería comestible y recargable. Encapsulada en un tubo de cera de abejas, fue diseñada usando elementos digeribles extraídos de almendras, algas y alcaparras

Investigadores del Instituto Italiano de Tecnología dieron a conocer a finales de octubre una invención inusitada: la primera batería comestible, recargable, elaborada a partir de elementos extraídos de almendras, algas y alcaparras.

La invención, que ha sido nominada por la revista Time como el Invento del Año, es fruto del trabajo del Mario Caironi, investigador del Instituto Italiano de Tecnología (IIT).

Es doctor en Ingeniería Electrónica y ha estado investigando “las propiedades electrónicas de los alimentos y de sus derivados con el objetivo de desarrollar sensores médicos que puedan ser ingeridos sin efectos secundarios y que sean procesados ​​por nuestro cuerpo tal como se digieren los alimentos”.

Sus trabajos están inmersos en investigaciones orientadas el desarrollo de una “electrónica comestible”, que podría contribuir a significativos avances en la medicina.

El prototipo de esta batería comestible y recargable cuenta con financiación del Consejo Europeo de Investigación, por 2 millones de euros, y ha recibido gran atención mundial. Para que sea digerible, el investigador logró unir ciertos elementos de la naturaleza.

“La batería diseñada por su equipo está íntegramente elaborada con componentes comestibles: la vitamina B2 o riboflavina –extraída de las almendras– actúa como ánodo y la quercetina obtenida de las alcaparras como cátodo. Para incrementar la conductividad se utiliza carbón activado, de venta en farmacias, mientras que su electrolito es a base de agua y el separador que evita cortocircuitos consiste en un alga nori como las que envuelven el sushi”. Todo ello va envuelto en un tubo de cera de abejas “del que emergen dos contactos de oro comestible, el mismo que utilizan los pasteleros para las decoraciones”.

Según ha explicado Caironi a la agencia EFE, el funcionamiento del prototipo es el mismo de una batería convencional, con sus polos positivo y negativo, integrados en un circuito transforma la energía química en energía eléctrica.

“Según el Instituto Italiano de Tecnología (IIT), impulsor de las investigaciones, la batería funciona a 0,65 V, un voltaje lo suficientemente bajo como para no causar problemas al cuerpo humano si se ingiere, y es capaz de proporcionar una corriente de 48 μA durante 12 minutos”. Esta carga es suficiente, según el ingeniero desarrollador, para alimentar dispositivos tan pequeños como LED de baja potencia.

M.Pino

Fuente: thefoodtech

(Fuente imagen referencial: @MakerFairRome, red social X)

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