Bancos en Europa han apoyado durante la pandemia, pero pueden terminar mal

Evitaron una crisis de liquidez y han ayudado a empresas y hogares con dinero barato del BCE en medio del Covid-19, pero afrontan un 2021 con incertidumbres derivadas de los créditos morosos o las dificultades para repartir dividendos a sus accionistas

Diez años después de haber salido de la última crisis financiera global, que afectó sobre todo a las economías avanzadas, en 2020 el mundo se ha visto sumido de nuevo en serios problemas económicos, que se han producido al tener que aplicar medidas de confinamiento para frenar la emergencia sanitaria de la pandemia.

Estas medidas han detenido o enlentecido la actividad económica, al prohibirse o restringirse los viajes, interrumpirse la producción de las fábricas, cerrarse comercios, restaurantes, gimnasios, museos, etc.

El Banco Central Europeo (BCE) y los gobiernos han puesto en marcha medidas para apoyar la concesión de préstamos a las empresas sólidas y proteger el empleo y la economía.

Han evitado una crisis de liquidez, y ahora se trata de evitar una crisis de solvencia.

La agencia de medición de riesgos Moody’s considera que las perspectivas para los bancos europeos para el 2021 son negativas por la lenta recuperación económica, el aumento de los préstamos problemáticos y la caída de su rentabilidad debido a una «ineficacia crónica», a los impagos y a la bajada de los márgenes de intermediación.

En 2021 se prevé un notable aumento de las insolvencias de empresas y así de los créditos morosos en los bancos europeos, que ya tenían una rentabilidad muy baja antes de esta crisis.

Los bancos han evitado una crisis de liquidez pasando a las empresas y hogares el dinero barato que el BCE les presta con las garantías y avales de los gobiernos europeos.

Pero ahora tienen en sus balances créditos que algunas empresas y hogares no podrán devolver, créditos morosos.

El volumen de créditos dudosos podría aumentar hasta 1,4 billones de euros, en el peor de los casos, una cifra superior a la de la crisis financiera, según el BCE.

No acentuar la problemática que afecta a los bancos ni ahorcar a los deudores

Con las medidas del BCE y de la UE se revirtieron las primeras depreciaciones en las carteras de deuda soberana a comienzos de la pandemia, a diferencia de lo que ocurrió en la crisis financiera anterior, que desencadenó la crisis de endeudamiento soberano en los países del sur de Europa.

El BCE ha decidido este año comprar deuda pública y privada de la zona del euro por valor de 1,85 billones de euros hasta final de marzo de 2022.

Hasta junio de 2022 va a ofrecer a los bancos liquidez muy barata y admite más activos de garantía para asegurar que todos los bancos de todos los países pueden obtenerla.

Pero no les recomienda repartir dividendos ni recomprar acciones para remunerar a los accionistas, sino conservar todo el capital posible para afrontar posibles pérdidas.

Los bancos deben buscar soluciones para los clientes que no puedan devolver los créditos, por ejemplo, alargando el plazo de amortización.

La Comisión Europea (CE) quiere evitar que los bancos acumulen préstamos morosos y va a fomentar un mayor desarrollo de los mercados secundarios para estos activos en riesgo, lo que permitiría a los bancos eliminar estos préstamos fallidos de sus balances y reforzar la protección de los deudores.

G.Febres

Fuente: Medios internacionales y agencia EFE

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